jueves, 21 de octubre de 2010

INVESTIGACION Y METODOS

La investigación de los fenómenos paranormales, y aún más su interpretación, es difícil de encajar en el ámbito de las pautas metodológicas y las teorías científicas establecidas. Debe tenerse en cuenta el problema epistemológico que significa el calificar como "paranormales" precisamente aquellos hechos para los que no se haya podido encontrar explicación causal empleando la metodología de la ciencia positiva, la cual es, por tanto, de obligatoria aplicación previa en el proceso -multidisciplinar- de determinación de todo supuesto fenómeno paranormal. Esto ha conducido a señalar que, si han de ser los hechos observados los que orienten la elaboración del método y no al contrario, es decir, no que los hechos se adapten a un método preestablecido (que podría, como consecuencia de su aplicación, desfigurar los rasgos definitorios que se buscan), los datos que nos ocupan están reclamando una adecuada metodología específica. Al margen de la discusión sobre lo paranormal, cabe decir que la historia de las ciencias, secular y abierta, ha venido siendo la de la mutua referencia entre lo observado, como dato a definir con precisión, y la elaboración del orden de pautas de investigación a seguir en el proceso metódico de lograr dicha definición. En este sentido, la discusión contemporánea muestra que, según unos, el estudio de los fenómenos paranormales pretende iniciar su propia historia como ciencia injustificadamente, porque carece de un ámbito propio de objetos a definir, bien porque tales datos no se han verificado realmente, bien porque se los considera asimilables a datos ya conocidos, mientras que según otros, esa historia, aunque erizada de dificultades, está ya plenamente iniciada, al estimarse que los hechos y su no reductible fisonomía específica están comprobados y, por tanto, su negación o el rechazo de su investigación no responden al genuino espíritu científico, sino a la posición denominada cientificismo.

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